19.9.09

Lucidez.

Puedes huir
puedes disfrazar tu olor
entre el concreto y el hierro

puedes pretender mutismo
aferrarte a una vela plañidera
puedes retozar con las piernas
adormecidas
o excavar tumbas
con tus propios dientes

puedes beber vino de un cenicero
descollarte en el intermedio
de una obra barata

escurrir tus manos
como insectos voraces
o criar sanguijuelas
en tu charco personal

llevar tu lengua al éxtasis
y arrastrarla de regreso
sobre vidrios pintados
de verde y azul violeta
y arrastrarla de regreso
arrastrarla completa

pretender una ruleta rusa
dentro de una caja
con un revólver vacío y
sin boca

pintar al revés en los cristales
y unir corazones
con cinta adhesiva

puedes huir,
y te seguiré llamando
por tu nombre.

18.9.09

Mezzo

Desperté en un féretro de hierro dulce
(lo llamaban sonata)
y escurrió el rezo en mi boca
ahogándome bajo la mortaja
de un dios secuestrado en algún templo:
desperté con sed de oro y almas

Los vivos hacen a sus muertos

por qué tardarán tanto
los cadáveres
en abrir los ojos

por qué tardará el destino en tirarse al tiempo
con la risa entre las piernas
hasta arrancarle la boca

dónde sepulta en cielo a la tierra
dónde acechan sus muertos.

un espejo viejo
no recuerda cómo reflejar;
un cuerpo sin apellido,
una flama opaca al pie
de una lápida con una fecha inane

me atemorizan los insectos alados
el miedo es otro surco
de la envidia

sólo un silencio, uno muy pequeño
que reproducir para siempre
como rosarios

como el ángel con pezuñas
rezando a esa santa educada para puta;
luces enmarcada en blanco
de no se qué luna

un pájaro negro
muerto sobre el manto
de una virgen.

18 09 09

180909

Rito.

No llorar
si el cielo se hizo el oficio
-frío,
azul frío;
espejos en el asfalto-.
si se estremece desde
sus entrañas hasta
los cimientos

"Nunca", es como una vida entera

las preguntas que sueñan el miedo
lo transpiran en un vapor de carne
y sudor

por qué la música no es suicida
como la memoria
o bengalas bajo el agua

o el amor disuelto dentro de un espejo
de plata;

por qué hay que vivirlo
en la angustia de la imposible distancia
de un latido al siguiente
de la boca al oído


6.32


Se va la vida en balbuceos torpes
siguiendo con la vista los pechos
de una contorsionista ciega

rastreando en el piso restos
de llanto opaco

restos del éxtasis de neón y cianuro
de fantasías sexuales de ángeles
etílicos,
con los ojos turbios en espera
de una felación lenta
esperando ser el dios
de prostitutas de nombres cortos
de memoria gastada como
sus cuerpos
que lloran hasta la vida

los brazos tirados
como piezas de ajedrez
ríes mientras arañas el barro
le imaginas a una flor los ojos
le imaginas una boca para besarla
le imaginas un corazón tibio
y la matas.