5.1.10

No me olvides

Se sentó en el borde del camino y se sacudió las manos con fuerza, como si se quitara hormigas. Llovía un poco, pero apenas le importaban las gotas que se hundían entre sus cabellos. Se buscó los cigarrillos en todas las bolsas de la chamarra, pero también los había dejado en la mesita de la sala. Había dejado los cigarrillos, quizá las llaves y otra cosa que no tenía nombre.

1 comentario:

  1. ¿A quién le robaste esto? Dónde está el Lobo que no deja de arrastrar el lápiz y nos recarga de descripciones e insiste en pintarnos imágenes arrebatadas a la poesía?

    Míralo, es redondo, acabado: es hermoso. Esto es un cuento: micro, mínimo... es lo de menos. Complimenti. En serio, no es la gran cosa, ni algo que no se hay visto antes, pero es el paso más grande que he podido ver en tu narrativa. Enhorabuena.

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