Algunas calles magnéticas
distraen mi brújula
amarro mi pensamiento a las vías
cruje el tranvía como
hiedra seca entre los dedos
con el ardor de un sol
que nace sin ser llamado
como una imagen conocida
que te mira de lejos
hierro en camas de acero
y da lo mismo amor,
rumor
pudor,
sudor
olor
a hembra
olor a velo recién atravesado
que se queda sediento de vuelo
a acariciarte con esa ave sin viento
-sin viento tiembla tu mano-
con ella enjaulas tu soledad
se apelotonan risas comunes
lanzan a mansalva migajas distraídas
de un día común
como globos atorados en
las torres eléctricas
o los que se atoran en órbitas huecas